La Marina Plaza

Kristie Tanner, microbióloga: “¡Todos somos unos bichos por dentro!”

Publicado: lunes, 8 octubre, 2018

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https://lamarinaplaza.com/2018/10/08/kristie-tanner-microbiologa-todos-somos-unos-bichos-por-dentro/

El precioso libro Léeme de Amaia Crespo Costa, cuyas ilustraciones pertenecen a Paula Bonet, define a mi modo de ver la profesión de Kristie Tanner en el siguiente pasaje: “Bajó a buscarlo, pero no veía nada. Entonces, alargó un brazo para intentar tocarlo, como no lo conseguía metió también la cabeza, y al final pasó todo el cuerpo.”

Kristie Tanner tiene un Máster en Investigación en Biología Molecular, Celular y Genética por la Universidad de Valencia, además de haber cursado el grado de Bioquímica y Ciencias Biomédicas. Actualmente está matriculada en el programa de Doctorado en Biomedicina y Biotecnología por la Universidad de Valencia y está realizando su tesis doctoral con una beca Doctorado Industrial en la empresa Darwin Bioprospecting Excellence SL. Aparte de su obsesión por las bacterias, tiene una gran afición por el deporte y la música.

-Me gustaría que añadieras más logros que tienes en tu carrera profesional.

-Un logro reciente es mi estancia de tres meses en el Wyss Institute de Harvard, que fue de Marzo a Junio de este año (2018) dentro del marco de mi tesis doctoral. Además, estoy muy contenta con mi actual posición en la empresa Darwin Bioprospecting Excellence SL como coordinadora de proyectos de I+D.

También me gustaría pensar que uno de mis logros – o bueno, un logro que acabo de empezar pero que espero desarrollar más en el futuro- es la divulgación científica. He participado en varios eventos de divulgación, entre ellos una charla TEDx, y creo que la divulgación es una herramienta imprescindible para compartir con el mundo los avances científicos.

– ¿Qué estás investigando actualmente?

-Actualmente estudio bacterias que viven en placas solares y en otras zonas de alta insolación. El interés principal que tienen estas bacterias es que son capaces de resistir a elevadas dosis de irradiación. Una de las razones por las cuales pueden sobrevivir a estas condiciones es porque acumulan pigmentos que los protegen contra los efectos nocivos de la radiación. De hecho, ¡la mayoría de los microorganismos que crecen en estos ambientes son de colores!

Estamos investigando varios temas relacionados con estos microorganismos: ¿cuáles son los pigmentos que los protegen? ¿cómo les protegen?, ¿nos pueden ser útiles estos microorganismos y estos pigmentos?, ¿es similar la comunidad de microorganismos de placas solares alrededor del mundo o cambia según la zona geográfica?, ¿podemos encontrar especies nuevas en este ambiente tan poco explorado?, ¿podemos aumentar la cantidad de pigmento que tienen estas bacterias utilizando técnicas de evolución experimental?

Además, aparte de estudiar microorganismos de zonas de alta insolación, en la empresa donde estoy haciendo la tesis hacemos bioprospección microbiana. La bioprospección se define como el estudio de muestras naturales con el fin de aislar microorganismos o compuestos que puedan ser de utilidad para el ser humano. En otras palabras, lo que hacemos es aislar, caracterizar y producir los microorganismos que le sean de interés al cliente. Por ejemplo, microorganismos naturales del suelo que puedan ser usados en agricultura ecológica para favorecer el crecimiento de las plantas, microorganismos provenientes de harina que puedan ser usados para producir panes de masa madre con características mejoradas (por ejemplo, mayor tiempo de conservación o más sabor), o microorganismos probióticos con efectos beneficiosos sobre el microbioma intestinal humano.

-Tras tus investigaciones en el campo de la microbiología, ¿qué ha sido lo que más te ha sorprendido?

-Lo que más me ha sorprendido es que podemos encontrar comunidades microbianas prácticamente en cualquier parte del mundo, incluso en los ambientes más extremos (en términos de temperatura, radiación, salinidad, etc.), ya que los microorganismos son capaces de desarrollar todo tipo de mecanismos de resistencia a estas condiciones adversas. Uno de los ejemplos que me encanta es el de Deinococcus radiodurans, una bacteria capaz de resistir hasta 3000 veces más radiación gamma que cualquier ser humano. Uno de los efectos que tiene la radiación en las células es que rompe el ADN y esta bacteria puede sobrevivir a esto, gracias a que tienen un sistema muy eficiente de reparación de ADN que soluciona los daños causados por la radiación.

Las bacterias no solo son capaces de vivir en los lugares más recónditos e inesperados de la Tierra, sino que además existe una gran diversidad de las mismas. En un estudio publicado en el año 2016 en la revista PNAS, Locey & Lennon estimaron que en el planeta Tierra habitan alrededor de 1 trilion (1012) de especies microbianas, de las cuales solo conocemos el 0.001 %. Esto es muy sorprendente y, además, motiva mucho: ¡aún queda muchísimo por descubrir!

-¿Cómo crees que podría afectar el deshielo ártico en el descubrimiento de microbiomas?

-El deshielo del Ártico no solo llevará a cambios en algunos ecosistemas ya existentes, cosa que implicará cambios en los microbiomas de esos ecosistemas, sino también provocará una expansión de las zonas terrestres libres de hielo, que probablemente estén colonizados por comunidades microbianas que, hasta la fecha, no han sido estudiadas debido a la falta de accesibilidad.


Microorganismos pigmentados aislados de la superficie de placas solares

Teniendo en cuenta que sólo el 10% de nuestras células contienen ADN humano. Aparte de la huella genética, ¿qué más factores determinan nuestro ser?

-Aparte de la huella genética, nuestro ser está determinado por otros factores, como por ejemplo la epigenética. La información epigenética es hereditaria y hace referencia a la modulación de la expresión de los genes sin alterar la secuencia de ADN. Por realizar una comparación, la secuencia de ADN serían las notas musicales de una partitura, mientras que la información epigenética serían todas las indicaciones (velocidad, volumen, etc.) que se añaden alrededor de las notas para asegurar una correcta interpretación de la melodía.

Sin embargo, tal y como dices, el 90 % de las células que forman nuestro cuerpo no son células humanas, sino microbianas. Y estas células también tienen un papel muy importante – de hecho, imprescindible – en nuestro cuerpo. Los microorganismos que habitan en nuestro cuerpo (el microbioma humano) nos protegen de infecciones, nos ayudan a digerir los alimentos, nos ayudan a desarrollar nuestro sistema inmunitario, e incluso se han descrito relaciones muy estrechas entre el microbioma y el sistema nervioso (el llamado eje cerebro-intestinal). Por tanto, yo diría que también son un factor que determina nuestro ser, ¿vosotros no?

El mundo científico es uno de los campos donde el llamado “techo de cristal” es más notorio. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

-Es cierto que en la actualidad existe una gran falta de oportunidades y de visibilidad de las mujeres en ciencia. No debería causar una reacción de sorpresa que una mujer sea una excelente científica y ocupe un cargo de gran responsabilidad, sino que esto debería ser algo normalizado. Sin embargo, de verdad creo que la sociedad es cada vez más consciente de este problema y esto es un primer paso imprescindible para que, aunque nos queda mucho camino por recorrer, poco a poco sea menor la desigualdad de género en ciencia.

Como científica y experta en el dominio del clarinete, ¿sientes qué la música afecta a nuestro organismo internamente?

-Sí. Personalmente, soy una apasionada de la música en todas sus formas. No solo me dedico en mi tiempo libre (como hobby) a la interpretación del clarinete, sino que me paso prácticamente todo el día escuchando música, ya que siento que me relaja y me permite una mayor concentración en mi trabajo. Y más allá de la experiencia personal, hay estudios que demuestran la capacidad de la música de estimular ciertos circuitos neuronales de nuestro cerebro. De hecho, la música no solo puede usarse como herramienta para la concentración o relajación, sino también como herramienta educativa o como terapia.

Un estudio de Cabanac et al. publicado en la revista Behaviour Brain Research en 2013 destaca que los alumnos que realizan clases de música tienen, en general, notas más altas que los otros alumnos en todas las asignaturas. Por otra parte, hay un libro que me gusta mucho (Musicophilia, de Oliver Sacks) que habla sobre el poder de la música en la vida de pacientes con distintos desórdenes neurológicos. Y es que, como dijo Nietzsche, “La vida sin música sería un error”.

-Debido a tu vocación has viajado y has colaborado con distintas universidades, ¿cuál ha sido tu mejor experiencia?

Diría que mi mejor experiencia fue durante mi participación en el equipo Valencia Biocampus en el concurso iGEM (international Genetically Engineered Machine) en el año 2014. El iGEM es un concurso de biología sintética celebrado anualmente en Boston y organizado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT). El objetivo del concurso es, básicamente, que grupos de estudiantes trabajen durante todo un verano en un proyecto de biología sintética y que después presenten el proyecto en un congreso internacional celebrado en Boston en el mes de Octubre o Noviembre. En este congreso, el equipo tiene que defender su proyecto mediante una presentación oral y un póster. Para mí esa experiencia fue increíble. Por una parte, fue mi primera experiencia en un laboratorio de verdad: no es lo mismo hacer prácticas en la universidad, con un protocolo definido a seguir, que hacer un proyecto real donde prácticamente cada día había que enfrentarse a experimentos que salían mal y que había que rediseñar. Fue una oportunidad única de aprender técnicas de laboratorio y de poder tener una implicación en el diseño del proyecto. Por otra parte, la experiencia de ir a Boston y de presentar nuestro trabajo junto con más de 200 equipos de todo el mundo fue inolvidable.

-Siguiendo el hilo de la pregunta anterior, ¿cómo de necesario consideras los intercambios entre investigadores de distintos países?

-Creo que es muy importante fomentar los intercambios entre investigadores de distintos países, no solo para conocer las distintas filosofías y formas de trabajo que existen, sino para maximizar el contacto con otros científicos y crear una red mundial de conocimiento científico.

Quedan muy atrás las fiestas de las élites burguesas donde el clímax de la reunión era la presentación de un nuevo invento. ¿Pero de alguna forma se podría revivir ese interés por la ciencia?

Yo creo que sí, por ejemplo, mediante la divulgación científica. Hay científicos que opinan que simplificar los resultados de los experimentos para mejorar su comprensión de alguna manera “desprestigia” su trabajo. Yo creo que eso es ridículo. El acceso a las publicaciones científicas por desgracia sigue siendo muy restringido, ya muchas revistas no ofrecen contenido público y la única manera de acceder es pagando una cuota excesivamente alta. Además, las publicaciones están escritas con tantos tecnicismos que probablemente solo una persona especializada en esa área será capaz de entenderlo en su totalidad. Por eso, creo que la simplificación de los descubrimientos no solo no “desprestigia”, sino que es la única forma de que nuestros descubrimientos lleguen al mayor número de personas posibles.

Para concluir, me gustaría felicitarte por tu labor como divulgadora científica en tu canal de Youtube SimplyScience. ¿Te importaría hablarme sobre este proyecto y tus expectativas sobre el mismo?

Muchas gracias, Marianne. Lo que me motivó a crear el canal fue justamente la que comentaba antes: simplificar y resumir las conclusiones principales de publicaciones científicas para que fueran comprensibles para todo el mundo. La verdad es que fue una experiencia muy bonita y gratificante, ya que recibí tanto comentarios positivos de los autores de los artículos, quienes me agradecían que hubiese elegido su artículo para mi vídeo, como comentarios de personas que veían el vídeo y se interesaban por el tema. Digo que “fue” una experiencia muy bonita porque hace más de un año que no subo ningún vídeo debido a la carga de trabajo que conlleva la tesis doctoral. Sin embargo, es un proyecto que estoy segura que retomaré con mucho gusto de aquí un tiempo.

Author

marianne@tulipanesdespreocupados.com

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